Foto: Estadio Azteca
El Estadio Azteca se ha convertido en el más importante a lo largo de sus 50 años de historia
Por Christian Moya
Un día como hoy pero del año de 1966 el Estadio Azteca nacía en la Colonia Santa Úrsula para comenzar a forjar una historia que pocos estadios podrán igual.
El pequeño, conocido como Estadio Azteca comenzaba a crecer y apenas cuando comenzaba a dejar el pañal, en su niñez era testigo del primer mundial que se celebraba en suelo mexicano y veía cómo en su propio césped, con miles de testigos en sus butacas y millones de espectadores en un televisor se podía ver por primera vez a color un certamen como el Mundial, el "Rey" Pelé levantaba el último trofeo Jules Remet que se le daba al campeón del mundo.
La infancia del Azteca comenzaba a escribirse con letras de oro, ya llegando la adolescencia, podía ver cómo su pariente más cercano también comenzaba a hacer de su carrera un éxito. Éste es el Club América que se coronaba como campeón en el 71 y 76, además de que en los 80's conseguían hacer época al ganar cinco campeonatos, uno de ellos fue venciendo al asérrimo rival, las Chivas de Guadalajara en el que ya comenzaba a ser reconocido como el Coloso de Santa Úrsula.
En esa misma década el "Dios" Maradona no podía quedar de lado ante el "Rey" Pelé
y buscó hacer más grande su presencia como futbolista y al mismo tiempo, hacía que la pubertad del Azteca se engrandeciera al hacer la mano de dios y el gol más hermoso que se ha visto en la historia del balompié. Ambas acciones fueron contra la selección de Inglaterra y a la postre al llegar a la final con la Albiceleste, Alemania no pudo frenar la gloria y Argentina de la mano de Diego Armando Maradona levantaba el trofeo de la Copa Mundial.
Posteriormente en plena adultez del Azteca, no sólo fue él que forjó su historia, ya que en el 93 el rey del Pop Michael Jackson realizó una serie de conciertos; en el 94 los la NFL se jugaba en México con un partido entre los Vaqueros de Dallas y los Titanes de Tennessee y en el 99 el máximo representante de Dios en la tierra, el pontífice Juan Pablo II bendecía no sólo el Azteca, sino a todo un país necesitado de paz.
En ese mismo año el máximo representante de igual forma, pero del fútbol mexicano, es decir, la Selección, conquistaba su primer y único título avalado por la Fifa, la Copa Confederaciones, ante la selección de Brasil con un marcador de 4-3.
Ya entrado en sus cuarentas, el Estadio Azteca mostraba más madurez que nunca y quería seguir siendo parte de hazañas y qué mejor que apoyando a su club, el América que en el 2002 y en el 2005 conseguían su noveno y décimo título en su cancha.
La vida del Azteca era envidiada por propios y extraños y en vez de envejecer, rejuvenecía con los gritos de millones de aficionados que han dado cita a lo largo de tanto tiempo, y por si fuera poco al estar a pocos años de llegar a sus cinco décadas, los pequeños de la Sub 17 se contagiaron de ese espíritu de historia y se coronaron Campeones del Mundo ante el convidado Uruguayo.
El repaso aún no termina, falta que recordemos que en el 2013 su gran allegado venció en una noche inolvidable al Cruz Azul después de haberlo empatado en los últimos minutos del partido de vuelta y en serie de penales conseguían su onceava estrella, un año después, en el torneo apertura 2014, América vencía en su hermosa alfombra verde a los Tigres para proclamarse como el el equipo más ganador del fútbol mexicano.
Las palabras no bastan para describir tantos hechos increíbles que se han dado en el Azteca o para explicar todos los sentimientos que se han movido en cada uno de los aficionados que se han sentado sus butacas o que han gritado a través de su televisor o radio.Lo cierto es que hoy que llega a sus 50 años de existencia, la vejez se ve lejos, el Azteca quiere ser un chavo-ruco que está en renovación de sus instalaciones y que este mismo año será testigo del regreso de la NFL, así como ser anfitrión del Centenario del América.
Hoy el Azteca sueña con poder seguir siendo historia viviente en la Calzada de Tlalpan y todos tenemos la fortuna de poder ser participes de un extraño que se ha convertido en nuestra familia.
El Estadio Azteca se ha convertido en el más importante a lo largo de sus 50 años de historia
Por Christian Moya
Un día como hoy pero del año de 1966 el Estadio Azteca nacía en la Colonia Santa Úrsula para comenzar a forjar una historia que pocos estadios podrán igual.
El pequeño, conocido como Estadio Azteca comenzaba a crecer y apenas cuando comenzaba a dejar el pañal, en su niñez era testigo del primer mundial que se celebraba en suelo mexicano y veía cómo en su propio césped, con miles de testigos en sus butacas y millones de espectadores en un televisor se podía ver por primera vez a color un certamen como el Mundial, el "Rey" Pelé levantaba el último trofeo Jules Remet que se le daba al campeón del mundo.
La infancia del Azteca comenzaba a escribirse con letras de oro, ya llegando la adolescencia, podía ver cómo su pariente más cercano también comenzaba a hacer de su carrera un éxito. Éste es el Club América que se coronaba como campeón en el 71 y 76, además de que en los 80's conseguían hacer época al ganar cinco campeonatos, uno de ellos fue venciendo al asérrimo rival, las Chivas de Guadalajara en el que ya comenzaba a ser reconocido como el Coloso de Santa Úrsula.
En esa misma década el "Dios" Maradona no podía quedar de lado ante el "Rey" Pelé
y buscó hacer más grande su presencia como futbolista y al mismo tiempo, hacía que la pubertad del Azteca se engrandeciera al hacer la mano de dios y el gol más hermoso que se ha visto en la historia del balompié. Ambas acciones fueron contra la selección de Inglaterra y a la postre al llegar a la final con la Albiceleste, Alemania no pudo frenar la gloria y Argentina de la mano de Diego Armando Maradona levantaba el trofeo de la Copa Mundial.
Posteriormente en plena adultez del Azteca, no sólo fue él que forjó su historia, ya que en el 93 el rey del Pop Michael Jackson realizó una serie de conciertos; en el 94 los la NFL se jugaba en México con un partido entre los Vaqueros de Dallas y los Titanes de Tennessee y en el 99 el máximo representante de Dios en la tierra, el pontífice Juan Pablo II bendecía no sólo el Azteca, sino a todo un país necesitado de paz.
En ese mismo año el máximo representante de igual forma, pero del fútbol mexicano, es decir, la Selección, conquistaba su primer y único título avalado por la Fifa, la Copa Confederaciones, ante la selección de Brasil con un marcador de 4-3.
Ya entrado en sus cuarentas, el Estadio Azteca mostraba más madurez que nunca y quería seguir siendo parte de hazañas y qué mejor que apoyando a su club, el América que en el 2002 y en el 2005 conseguían su noveno y décimo título en su cancha.
La vida del Azteca era envidiada por propios y extraños y en vez de envejecer, rejuvenecía con los gritos de millones de aficionados que han dado cita a lo largo de tanto tiempo, y por si fuera poco al estar a pocos años de llegar a sus cinco décadas, los pequeños de la Sub 17 se contagiaron de ese espíritu de historia y se coronaron Campeones del Mundo ante el convidado Uruguayo.
El repaso aún no termina, falta que recordemos que en el 2013 su gran allegado venció en una noche inolvidable al Cruz Azul después de haberlo empatado en los últimos minutos del partido de vuelta y en serie de penales conseguían su onceava estrella, un año después, en el torneo apertura 2014, América vencía en su hermosa alfombra verde a los Tigres para proclamarse como el el equipo más ganador del fútbol mexicano.
Las palabras no bastan para describir tantos hechos increíbles que se han dado en el Azteca o para explicar todos los sentimientos que se han movido en cada uno de los aficionados que se han sentado sus butacas o que han gritado a través de su televisor o radio.Lo cierto es que hoy que llega a sus 50 años de existencia, la vejez se ve lejos, el Azteca quiere ser un chavo-ruco que está en renovación de sus instalaciones y que este mismo año será testigo del regreso de la NFL, así como ser anfitrión del Centenario del América.
Hoy el Azteca sueña con poder seguir siendo historia viviente en la Calzada de Tlalpan y todos tenemos la fortuna de poder ser participes de un extraño que se ha convertido en nuestra familia.

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