La fortaleza de una Guerrera



La fortaleza de una Guerrera


Foto: Facebook Marieke Vervoort
Acompañada con su fiel amigo Zen


Estamos a ocho días de las Paralimpíadas, entre los grandes atletas que participan se encuentra Marieke Vervoort  ganadora de dos medallas, oro y plata en Londres 2012. Asimismo obtuvo en 2015 el primer puesto en el Mundial de Doha, convirtiéndose en campeona del mundo.

Tiene el fuerte deseo de refrendar el éxito obtenido, dando lo mejor de sí, poder catapultarse en el podio de Rio 2016, pero lo que es realmente un hecho, son los planes que tiene previsto realizar después  las fechas de competencia,  pues ha decidido someterse a la eutanasia. La atleta belga padece una enfermedad degenerativa  incurable, provocándole terribles dolores que le impiden dormir, además su vista ha reducido al 20%.

 Pero su vida no siempre fue así, era una niña muy activa, el deporte invariablemente formo parte de su vida, andando en bicicleta, nadando, en combates de  jiu-jitsu.  La enfermedad que presenta, se suscitó cuando ella tenía 14 años, con una inflamación en un pie, pero fue hasta que cumplió los 20 años cuando su vida cambio, y el uso de silla de ruedas  se hizo lamentablemente cotidiano.

A pesar de su enfermedad,  el carácter y la vitalidad de Marieke  se mantuvo consistente ya que se dedicó al deporte, primero fue en Baloncesto en silla de ruedas, triatlón, hasta llegar al atletismo. Con 37 años de edad, su preparación es fuerte, pues son seis días a la semana,  de la mano del entrenador Rudi Voels  y su amigo Eddy Peeters que la ayuda a trasladarse a los entrenamientos, al mismo tiempo de ser también su fotógrafo.  En esta ocasión competirá en los 100 y 400 metros.

Los dolores son tan intensos que tiene administrarse morfina para combatirlos, y poder seguir con los entrenamientos, cuenta con  todos sus documentos en orden, para cuando ella elija el momento exacto, de dar el siguiente paso, pero será después de Río.

En Bélgica desde el 2002 autoriza la eutanasia, para los casos de pacientes con graves e insoportables dolores. Bélgica es un país vanguardista pues en 2014 aprobó el derecho a la eutanasia a los menores de edad.

Cuando Vervoort  decida terminar con su vida, espera que sus padres puedan acompañarla, ha dejado una carta para que se lea cuando ella ya no este, no desea que haya lágrimas, quiere una festividad  alegre con músicos. Anhela ser incinerada y que sus cenizas sean depositadas en Lanzarote, pues es ahí donde se une la lava con el mar, un lugar tranquilo como ella lo describe.

Una luchadora que dejará su nombre y el de Bélgica en alto.




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martes, 30 de agosto de 2016

La fortaleza de una Guerrera



La fortaleza de una Guerrera


Foto: Facebook Marieke Vervoort
Acompañada con su fiel amigo Zen


Estamos a ocho días de las Paralimpíadas, entre los grandes atletas que participan se encuentra Marieke Vervoort  ganadora de dos medallas, oro y plata en Londres 2012. Asimismo obtuvo en 2015 el primer puesto en el Mundial de Doha, convirtiéndose en campeona del mundo.

Tiene el fuerte deseo de refrendar el éxito obtenido, dando lo mejor de sí, poder catapultarse en el podio de Rio 2016, pero lo que es realmente un hecho, son los planes que tiene previsto realizar después  las fechas de competencia,  pues ha decidido someterse a la eutanasia. La atleta belga padece una enfermedad degenerativa  incurable, provocándole terribles dolores que le impiden dormir, además su vista ha reducido al 20%.

 Pero su vida no siempre fue así, era una niña muy activa, el deporte invariablemente formo parte de su vida, andando en bicicleta, nadando, en combates de  jiu-jitsu.  La enfermedad que presenta, se suscitó cuando ella tenía 14 años, con una inflamación en un pie, pero fue hasta que cumplió los 20 años cuando su vida cambio, y el uso de silla de ruedas  se hizo lamentablemente cotidiano.

A pesar de su enfermedad,  el carácter y la vitalidad de Marieke  se mantuvo consistente ya que se dedicó al deporte, primero fue en Baloncesto en silla de ruedas, triatlón, hasta llegar al atletismo. Con 37 años de edad, su preparación es fuerte, pues son seis días a la semana,  de la mano del entrenador Rudi Voels  y su amigo Eddy Peeters que la ayuda a trasladarse a los entrenamientos, al mismo tiempo de ser también su fotógrafo.  En esta ocasión competirá en los 100 y 400 metros.

Los dolores son tan intensos que tiene administrarse morfina para combatirlos, y poder seguir con los entrenamientos, cuenta con  todos sus documentos en orden, para cuando ella elija el momento exacto, de dar el siguiente paso, pero será después de Río.

En Bélgica desde el 2002 autoriza la eutanasia, para los casos de pacientes con graves e insoportables dolores. Bélgica es un país vanguardista pues en 2014 aprobó el derecho a la eutanasia a los menores de edad.

Cuando Vervoort  decida terminar con su vida, espera que sus padres puedan acompañarla, ha dejado una carta para que se lea cuando ella ya no este, no desea que haya lágrimas, quiere una festividad  alegre con músicos. Anhela ser incinerada y que sus cenizas sean depositadas en Lanzarote, pues es ahí donde se une la lava con el mar, un lugar tranquilo como ella lo describe.

Una luchadora que dejará su nombre y el de Bélgica en alto.




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